Maravillado con la belleza de el lugar, preguntó:
-Señor, que se vende aquí...?
-Los dones de la vida.
Le respondió el Vendedor.
-Cuánto cuestan? volvió a preguntar
-No cuestan nada...! Aquí todo es gratis...!
El hombre contempló el local y vio que habían jarros de amor, frascos de fe, paquetes de esperanza, cajitas de salvación, mucha sabiduría, jarros de perdón, paquetes grandes de paz y muchos otros dones.
El hombre, maravillado con todo aquello, pidió:
-Por favor, quiero el mayor jarro de amor, todos los jarros de perdón y un frasco grande de fe, para mí, mis amigos y familia.
Entonces, el Vendedor preparó todo y le entregó un pequeño paquetito que cabía en la palma de su mano.
Incrédulo, el hombre dijo:
-Pero, cómo puede estar aquí todo lo que pedí...?
Sonriendo, el Vendedor le respondió:
-Nosotros no vendemos frutos! Sólo semillas...! Plántalas...!
* * *